A fin de
noviembre, la majestuosa Casa Central, todavía ocupada por los
estudiantes estaba cubierta de posters, graffiti y caricaturas
que se burlaban de las figures del gobierno. Una bandera que
colgaba a lo largo de la fachada rezaba, en letras mayúsculas:
“La lucha es de toda la sociedad. Educación libre para todos”.
Alguien había colocado una capucha sobre la estatua del fundador
de la Universidad. Sobre un muro había una reproducción de
tamaño real de una fotografía de Rimbaud, junto a una cita, en
caracteres negros, de “Iluminaciones”: “Compañera mía, mendiga,
niña monstruo. Únete a nosotros con tu voz imposible. ¡Tu voz! ¡Única
aduladora de esta vil desesperanza!”
Francisco
Goldman, Camila Vallejo o el sueño de acabar con el
bipartidismo chileno,
New-York Times.
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